Hola, queremos
compartirles un poco de todo lo que vivimos desde los preparativos de nuestra
boda hasta el gran día…
Pues comenzaremos
con decirles que nosotros nos llevamos dos años en los preparativos acudiendo
primeramente a una Expo tu boda de la cual fuimos a varios open house y en
Diciembre del 2016 elegimos el lugar y decidimos ponerle fecha … 7 de Diciembre
del 2018, elegimos Las Nubes Eventos desde el primer día en el que nos
recibieron para darnos informes nos encantó el lugar nos agradaba la idea de
que ahí serían tanto la ceremonia civil, religiosa y la fiesta, pero fue hasta
que nos invitaron a su open house ya con la capilla y el salón montada para un
evento tomamos la decisión de que ahí seria nuestro gran día.
Contando con esos
dos años de preparativos la verdad es que nos tomamos el tiempo adecuado para
elegir cada uno de nuestros proveedores, cabe destacar que cuando separamos en
las Nubes prácticamente teníamos ya casi armado el evento ya que con los convenios
que tienen con diferentes proveedores nos fue muy sencillo además de todo el
apoyo que tuvimos de nuestro Wedding Planner.
Se nos llegó la fecha, esos días tuvimos como es normal en Monterrey todos los climas posibles, recuerdo que dos días antes de la boda estuvo lloviendo y haciendo un frío tremendo, a lo cual se me ocurrió la gran idea de clavar unos cuchillos en el jardín de casa de mis papás jajajaja (había que recurrir a cualquier mito para ahuyentar la lluvia) y pues un día antes de la boda pues si el clima ya era totalmente diferente, fuimos a dejar algunas cosas a las Nubes y revisar los últimos detalles queríamos que todo fuera perfecto… pero en ese momento en mi casa mi mamá se percata de los cuchillos en el jardín y ella toda asustada dice que clase de brujería es esta y pues si quito los cuchillos, esto porque mi novio (ahora ya mi esposo) les había comentado a mi familia que me llevaría serenata sorpresa y pues el jardín debía estar listo para que yo pudiera salir de mi balcón … awww que bonito (me vuelvo a emocionar ) y si así fue me llevo serenata y todo estuvo muy romántico y hermoso de tal manera que así iniciábamos nuestro gran día lleno de tanto amor y sorpresas.
Y si lo que temíamos
el día de nuestra boda amenazaba la lluvia, pero desde que llegamos a las Nubes
nos sentimos completamente tranquilos, ya que tuvieron demasiadas atenciones
con nosotros facilitándonos todo, desde estar al pendiente con bebidas y
algunos aperitivos super ricos, como les comentaba justamente saliendo de la
ceremonia civil la lluvia no paraba para lo cual todo el equipo de las nubes
con paraguas apoyaron a todos nuestros invitados a los traslados de sus coches
a la iglesia, y a su vez de la iglesia al salón, nosotros días antes decidimos
contratar pirotecnia aérea , mi ahora esposo estaba muy renuente poniéndome mil
peros, que el clima, que el tiempo etc., para la cual la chica que nos asesoró
nos daba garantía de la pirotecnia inclusive en condiciones climáticas adversas,
recuerdo que me dijo en las Nubes pasa magia, y si lo comprobamos saliendo se
nuestra ceremonia religiosa entre los chisperos y el cielo de mil colores
comprobamos que si era todo mágico.
La verdad no
tenemos más que palabras de agradecimiento para Daniela Garza nuestra asesora
que desde nuestra primera visita en las Nubes ella nos atendió y siempre busco
ofrecernos lo mejor además de estar al pendiente de nuestro evento en todo
momento, facilitándonos algunos convenios con proveedores, acomodándonos las
citas, y el día de evento tuvimos muchísimas atenciones de todo el staff de las
Nubes en el que nos hicieron sentir muy especiales a nosotros como a cada uno
de nuestros invitados , ya que solo recibimos felicitaciones por que todo
estuvo genial, el lugar, la comida, música, ambientación, decoración todo, solo
tenemos palabras de agradecimiento de hacer muy especial uno de los mejores
días de nuestras vidas.
Antiguamente se liberaba una pareja de palomas blancas al salir de la iglesia, las palomas blancas simbolizan la pureza e inocencia de la relación matrimonial, cuando las palomas son liberadas es una expresión física de que los novios están empezando una nueva vida juntos y se están enfrentando a lo desconocido.
Algunas personas deciden soltar palomas como símbolo de paz, son un símbolo de gozo ya que la boda es una ocasión gozosa. Se dice que las parejas que ven un par de palomas en el día de su boda, tendrán un matrimonio bendecido.
Actualmente el uso de globos en forma de paloma se usa como forma simbólica de representar estas tradiciones, siendo muy importante usar globos biodegradables.
Una vez que cierro mis ojos, las hermosas memorias de
nuestra boda vienen a mi mente haciéndome suspirar de alegría y una vez que los
abro ya pasaron 7 meses de ese maravilloso día.
Desperté en la mañana temprano y como de costumbre comencé
con mi rutina de aseo personal y de belleza. Me puse un conjunto cómodo y bajé
al comedor del hotel a tomar mi desayuno con mis padres y mientras esperaba por
el ascensor recordaba una y otra vez a mi wedding planner sermoneándome sobre
la importancia de comer en cualquier oportunidad que se me presentara. Por
suerte, así fue.
Subí de nueva cuenta a mi habitación a esperar a los
proveedores de fotografía y maquillaje y fue ahí cuando la aventura comenzó.
Los fotógrafos llegaron a la hora indicada y comenzaron a
tomar las fotos del vestido y los accesorios. Ellos ya estaban muy metidos en
su trabajo mientras mi madre y yo estábamos tratando de localizar a los
maquillistas, pues 45 minutos habían pasado y no se mostraba señal de ellos.
Recuerdo que el fotógrafo se percató de mi preocupación y
comenzó a darme palabras de aliento para tranquilizarme. Yo sonreía
nerviosamente, pero cuando estaba a punto de perder la paciencia, el proveedor
de maquillaje llegó y nos contó que un tránsito los había detenido por exceso
de velocidad.
Una vez peinada y maquillada, mis padres comenzaron a
ponerme el vestido de novia y fue en ese instante cuando los nervios nos
atraparon. Mi padre temblaba al tratar de abrocharme los botones y mi madre me
acomodaba una y otra vez la misma sección de la falda. Yo solo repetía la misma
frase: “Que venga mi hermano a ayudarnos”.
Fue un momento muy curioso, pero especial, pues fue ahí
cuando caímos en cuenta de que ya me estaba preparando para mi boda.
Cuando terminaron de vestirme mi madre, mi padre y mi
hermano me abrazaron, me contemplaron y me dieron palabras hermosas. Fue así
como tomé el valor y bajé al lobby del hotel para encontrarme con mi ahora
esposo.
Él me cuenta que se encontraba muy nervioso. Las miradas
del personal del hotel, las exclamaciones de algunos huéspedes diciendo “¡Mira!
¡Es el novio!”, las constantes indicaciones del fotógrafo sobre dónde estar y
cuándo voltear. Todo eso, más la curiosidad sobre cómo me vería vestida de
blanco hacían de ese uno de los momentos más esperados de nuestro día.
El encuentro fue fugaz, especial y muy bello, pues al
cruzar nuestras miradas supimos que estábamos destinados a estar juntos.
El trayecto hacia Las Nubes fue tranquilo. Un día despejado
y soleado.
Un
Mercedes clásico de los años 50 fue el que elegimos para que nos llevara.
Mientras íbamos de camino, mi esposo me contaba que años atrás había pasado
cerca del lugar, y al contemplar los bellos jardines quedó encantado.
Yo escuchaba atenta su historia cuando de repente él me
sonrió y confesó que en ese instante supo que algún día nos casaríamos ahí.
No hubo rincón en Las Nubes donde no tuviéramos una foto. Cada espacio invitaba a estar y disfrutar; incluso nuestra asesora y amiga Nancy pasó a saludarnos y fue muy lindo saber que tuvo oportunidad de presenciar que nuestro momento había llegado.
La ceremonia civil fue íntima y amena. El discurso del juez
fue breve pero muy emotivo. La firma de los documentos fue armonizada por un
pianista seguido de un bonito brindis con champaña y una pequeña degustación de
bocadillos.
La ceremonia religiosa fue otro momento donde los nervios y
la preocupación volvieron a surgir. Mi wedding planner ya comenzaba a formar el
cortejo nupcial cuando caímos en cuenta que no habían llegado 2 de nuestros
lectores, nuestros padrinos de lazo y nuestra madrina de ramo de la Virgen. No
sabíamos qué estaba pasando, pero debíamos continuar.
Por un
instante borré mi mortificación. Una vez que la Marcha Nupcial comenzó y yo
avancé hacia el interior de la capilla y vi ese hermoso camino lleno de flores
de alelí, baby breath y rosas blancas fue como estar en mi propio cuento de
hadas.
Sé que Dios
estuvo con nosotros todo el tiempo, pues justo en el momento en que se
empezaron a sentar los invitados todos nuestros padrinos y los 2 lectores que
faltaban aparecieron por arte de magia.
La misa fue todo un éxito y para cerrar la celebración
optamos por lanzar al cielo 20 globos biodegradables con forma de paloma
blanca.
Nuestra recepción fue algo especial. No hubo invitado que
no nos felicitara por alguno de los detalles que ofrecimos (hasta por el coctel
de bienvenida).
Todo comenzó con nuestra entrada al salón Nubes al ritmo
del opening de Dragon Ball Z (lo sé, no suena para nada formal. La preparación
y el protocolo es el mismo de siempre, pero cuando los novios le meten ese
toque muy personal es lo que lo hace único y diferente).
Una vez en el centro de la pista comenzó nuestra canción
(la primera como esposos) y aunque no pondré el nombre solo sepan de antemano
que está en japonés. La elegimos porque es la única canción que mi esposo se
sabe en ese idioma. El baile con mi padre fue otra novedad, ya que elegimos una
canción del videojuego Final Fantasy VIII la cual al ritmo de un buen vals con
todo y coreografía desempeñamos. Fue gracioso que nos saliera bien pues
solamente la practicamos 3 horas una noche previa a la boda.
El baile de mi esposo con su mamá fue igual de bello,
aunque más tradicional.
Durante la cena, una de las primeras sorpresas que ofrecimos a nuestros invitados fue la de un pianista que amenizara el ambiente con puras canciones del videojuego Legend of Zelda: Ocarina of Time mientras el DJ proyectaba imágenes del mismo en la pantalla. Cabe mencionar que todos se volvieron locos y sacaron sus celulares para tomar video tras video.
En ese momento fue cuando por fin
pudimos apreciar la decoración y los detalles del salón. Como, por ejemplo:
nuestra mesa de novios coronada por un enorme aro de flores blancas, una
jardinera a juego y bellos candelabros. Las mesas de los invitados decorados
con manteles de rosas blancas y cuchillería dorada con un centro de mesa alto
adornado de velas y un remate. Nuestra pista de baile de charol blanco con
nuestras iniciales doradas. Nuestro pastel de betún blanco con rosas y un bello
letrero dorado que decía “Mr & Mrs”.
Conforme avanzaba la fiesta, otra de las amenidades que
ofrecimos fue una mesa de postres y un photoboot con forma de espejo para que
se llevaran la tradicional foto personalizada de recuerdo.
Sin embargo, las cosas no paraban ahí. Mientras bailábamos
y festejábamos hubo un momento donde todo se detuvo y es ahí donde vi a mi
esposo, quien comenzó a bailar break dance en compañía de 2 amigos. Todos
quedaron atónitos, ya que nadie sabía que en el pasado era uno de sus
pasatiempos favoritos. Fueron de las cosas que más les gustó a los invitados.
Conforme
pasaba la noche sabíamos que teníamos que darles un poco de hidratación, así
que les ofrecimos dos carros completos de shots a la par que nuestro buen amigo
Baby Groot pasaba a darles ese boost extra con tequila.
Algo que nos resultó muy interesante es que sabíamos que
había otra boda celebrándose en el jardín y algunos amigos nos comentaban que
varios invitados de ese evento se estaban infiltrando a nuestro salón para
echar un vistazo. Eso solo podía significar una cosa, se notaba que la
estábamos pasando muy bien.
Por fin se
llegó el tan esperado momento de aventar el ramo. ¡Todas mis invitadas me
rodeaban y en un pequeño y bonito círculo comenzaron a girar a mi alrededor
mientras les iba repartiendo a cada una un listón satinado con la leyenda
“You’re next!”.
Al final, solo una quedó ganadora y entre risas y gritos le
entregué mi ramo de rosas blancas.
Mi esposo no se quedó atrás, la dinámica de la liga fue muy
de su estilo. Él por su parte optó por lanzar un balón de futbol de la
Champions League con la liga atada a una red mientras el himno se escuchaba de
fondo. Curiosamente, la pareja de la invitada que se sacó el ramo fue quien
también terminó atrapando el balón.
El tiempo transcurrió y para cerrar este mágico evento el
mariachi entró. Nos deleitó con bellas canciones y fue hasta ese momento cuando
supimos mi esposo y yo que lo habíamos logrado.
Tal vez la fiesta había terminado pero nuestra historia
estaba por comenzar.
Jamás la expresión había tenido un significado tan positivo como fue el día de nuestra boda… Lo sé. Se presta a muchas bromas, pero si hay algo que menciono a cualquier persona en proceso de boda es: la planeación no es del todo grata, pero ese día es increíble.
Quizá es importante explicar que la principal
razón por la cual me fue desagradable la planeación, es porque mi marido es de
Bélgica, y aun no se mudaba a Monterrey cuando nos comprometimos. Él tenía la
idea de que quería una boda en exterior… ¡en diciembre! Entonces cuando
empezamos a ver opciones, su favorito en fotos fue Las Nubes. Me lancé a
visitarlo, le mandé más fotos, y no fue difícil la decisión para él. A mí me
daba nervio el tema del clima tan impredecible en Monterrey.
“¿Y si hace mucho calor?” “No hay problema, ponemos ventiladores.” “¿Y si hace mucho frío?” “No hay problema, ponemos calefactores.” “¿Y si llueve? Los recibimos con paraguas y cerramos el toldo.”
No hubo mucho más que discutir. Las Nubes tenía solución para todo lo que me ponía nerviosa. ¡Y no eran mentiras! Elegimos casarnos el 18 de diciembre, un domingo. Sí, siempre fui de las que juzgó a los novios que se casaban el domingo, pero como decidimos que fuera una boda a mediodía para disfrutar de la vista del jardín, era menos probable que hubiese evento en la noche un domingo que un sábado.
Ese día amanecimos a menos de 10ºC, y yo con un vestido de tirantes. Me prestaron un abrigo de piel, que terminó por llenar de “pelitos” el traje de mi marido entonces, pues mejor en frío. Empezamos con la sesión de fotos en la Carmen Romano. ¡Qué lugar tan espectacular! ¡Hasta el frío se me olvidó!
Después de la sesión de fotos, nos pasamos a Las Nubes para continuar con otra parte de la sesión en los jardines. No voy a olvidar que Las Nubes nos recibió con cocteles (¡a las 11:30 am!). Me tomé una piña colada, con todo y hielito, en pleno arranque invernal, y en pleno jardín. Mi marido se tomó un vampiro. ¡A ambos nos supo a absoluta gloria!
A las 12 hrs empezamos la boda civil, donde
nos reunimos con un grupo pequeño de amigos y familiares. Después de que
empezaron a llevarse a los invitados a la capilla, nuevamente Las Nubes nos
sorprendió con un platillo para comer algo. Nuevamente lo agradecimos de
sobremanera, pues en un día como este hasta se nos olvida que tenemos hambre.
A las 13 hrs nos pasamos a la capilla, donde
te das cuenta que todo se vuelve más real, que ¡ya está pasando! Y te cae el 20
porque empiezas a ver a mucha gente amada y apreciada en un mismo lugar, para
ti y para tu pareja. Va el segundo consejo: dénse un momento para apreciar a tanta gente amada en un solo lugar,
que están ahí para ustedes, que celebran su día.
Es una realidad que por más controladores, planeadores y obsesivos que seamos, las cosas no siempre salen como uno piensa. Por ejemplo, a mi marido se le olvidó contestar que sí venía libremente a casarse conmigo (quedará como broma para el resto de nuestros días). También, se nos cayeron las arras (ahora sabemos que nunca seremos millonarios). También, se enfermó mi ahijado que pasaría por la limosna, y no pudo venir a mi boda. También, mi mejor amiga tuvo un problema familiar y ese mismo día se fue a Campeche a tratar de resolverlo. Uno pensaría que estos serían motivos suficientes para tener un microinfarto…
Tercer consejo: muchas cosas no van a salir como querías. Discútelo, peléalo, negócialo… pero que sea en otro día. Ese día, deja pasar los errores y las fallas. Déjalas en un post-it mental para cuando haya pasado todo, y no pierdas ningún valioso minuto del día de tu boda con malestares de este tipo. Si tienes wedding planner, entonces deja que haga su trabajo y tu concéntrate en disfrutar. Se va increíblemente rápido como para desperdiciarlo en enojos y reclamos.
Terminó la ceremonia, y nos pasamos al jardín. Después de saludar a toda la gente en la entrada, pasamos nosotros al salón. Ahí nos recibió la canción de nuestro vals, y nuevamente pudimos apreciar a tanta gente que nos recibía con genuina alegría y cariño para celebrar (y comer, y tomar, y bailar…).
Él y yo somos personas bastante sencillas. Muchos detalles estaban de moda mientras planeábamos, y nosotros solo queríamos que todos se sintieran cómodos, sin pretensión alguna. El tema de la comida era parte de esa discusión. Él quería que fuera un buffet mexicano. Servir buffet no suele ser típico en México pero sí en Bélgica. Las Nubes dijo “no hay problema, podríamos dar 1, 2, 3….”. La gente estaba enloquecida con los sabores y con la posibilidad de servirse cuanto querían de lo que querían (y sobre todo, sin que hubiera nadie que los juzgara).
Y finalmente, cuando empezó la música para bailar. Tuvimos DJ para poder integrar tanto canciones que le gustaran a él como a mí. A él le gusta mucho el hip hop, lo cual era complicado porque no suele ser popular acá. Entonces optamos por contratar a unos raperos que pusieron un mood increíble, porque hasta hicieron retas con la gente de pasos de baile. Por cierto, ellos habían cancelado el mismo día de mi boda y mi wedding planner los trajo de las greñas.
También, por aquello de que hay modas
globales, pusimos un espacio con las canciones de los mundiales e hicimos una
reta de futbol. En general, los invitados apreciaron mucho que estuvieron
entretenidos, contentos, bien servidos, bien comidos, bien bailados, bien
acompañados (inclusive los que fueron sin pareja), bien contentos.
Lo que me lleva al último y cuarto consejo: muchos van a opinar, ordenar o presionar
por productos y servicios en su boda. La boda es de ustedes, es para ustedes, y
por lo tanto, debe ser como ustedes quieran. Nadie recordará si las
pantuflas que dieron eran de marca o no, si dieron vino de 1940, si el vestido
o el traje lo importaron de Italia o si Luis Miguel vino a cantarles el vals.
Pero sí van a recordar si se
divirtieron, si los vieron felices a ustedes, si valió la pena ir un domingo a
Villa de Santiago a una boda en pleno frío.
Ustedes van a recordar el apoyo que recibieron
para que esta boda fluyera y funcionara, sin que siquiera se dieran cuenta de
todos los tropiezos que ocurrieron tras bambalinas. Para nosotros esas personas
fueron la wedding planner, la asesora en Las Nubes, nuestro equipo de
fotografía y video, nuestro DJ y mi estilista. Sin duda, de ellos dependieron
enteramente los increíbles recuerdos que tenemos de nuestro día de boda.
Este es un complemento que proyecta elegancia y mucho vanguardismo. Es la representación de la distinción, la combinación perfecta es un clásico y elegante smoking, camisa blanca y obvio su complemento estrella un moño negro.
Si tu boda tiene tonos clásicos y se celebra de tarde o por la noche, el smoking debe ser tu primera opción. Una de las tendencias llevadas en los últimos años. Para el smoking puedes o no usar un chaleco o también llamado “fajín”
🔸 Como antes lo
mencionamos el moño es perfecto para las bodas de noche, dándole un toque
sobrio y muy elegante a todo tu estilo.
🔸 Le proporciona
al novio un estilo moderno pero distinguido. ¡Ideal para esa ocasión tan
especial!
🔸 El novio destacará entre todos los invitados.
Te dejamos aquí varios looks diferentes de los novios.
Desde el momento de contratar nuestro evento, el estar eligiendo los detalles,
todo el servicio y atención que nos brindaron, cada momento fue magnífico.
Es
increíble poder tener todo en un solo lugar, para mí era muy importante
despreocuparnos de considerar los tiempos para trasladarnos a fotos, ceremonia,
fiesta; pues una vez estando ahí, ya no importaba el clima, tráfico, o
cualquier inconveniente para llegar bien a lo siguiente.
Es un lugar mágico. Estando ahí me transporto a los cuentos inspirados en otros
lugares fuera de la cotidianidad. El poder pasear por los jardines, la capilla,
los salones, simplemente pasar caminando de un lugar a otro donde todo es
hermoso. Así mismo, recibiendo la mejor calidad en los alimentos y el
servicio brindado por el personal altamente profesional.
Elegimos
hacer la fiesta un sábado a mediodía, para que aun considerando extendernos a
la torna, no hubiera tema con el regreso en la carretera pues aun había luz del
sol y sin problema con el traslado a la ciudad.
La ventaja
fue que, aún siendo de día, ya estando dentro del salón no nos afectaba en nada
el sol, pues con las cortinas cerradas al momento de iniciar la fiesta, ya era
igual que una boda de noche pero disfrutada durante todo el día.
Nuestro
gran día pudimos olvidarnos del reloj y solo disfrutar, pues ya una vez estando
ahí nos iban guiando a lo que seguía.
Además,
durante la sesión de fotos, nos brindaron canapés y bebidas, todo delicioso,
entonces estuvimos muy consentidos. También nos tomamos las fotos en los
jardines y en los salones, hasta el momento de retoque de maquillaje quedo
grabado ahí mismo.
Estando aun en la sesión de fotos, empezamos a ver llegar a nuestros invitados. Y enseguida pasamos, disfrutando el camino por los jardines, hacia la ceremonia.
La
misa fue muy emotiva, estaba llena la capilla por nuestros familiares y
amistades, la decoración me encantó pues eran unos arcos que hacían lucir aún
más la entrada a la ceremonia, y así mismo a la salida, y entonces al
mismo tiempo el ver a todos nuestros invitados felices, compartiendo nuestra
alegría y Bendición, es un momento muy conmovedor y gratificante.
Uno
de los planes fue tener música de gaitas en vivo, durante el camino de la
capilla a la fiesta, para acompañar con música ese momento del camino y disfrutar
cada instante.
En
la entrada del salón, tuvimos oportunidad de recibir a la mayoría recibiendo
sus abrazos y felicitaciones; iniciamos la entrada de nuestra celebración muy
alegres con “One Love”, en ese momento de hacer el recorrido por la pista y al
ver a todos nuestros invitados, experimentamos mucha alegría y fue muy
emocionante; así como el vals, “Everything I Do” nuestro primer baile
como esposos, era como estar en otro mundo, fuera del tiempo y del espacio.
Enseguida el vals con nuestros familiares “Para tu amor”. Después
“Because I‘m Happy” para nuestros amigos y las fotos grupales.
Creamos
la ocasión de dar unas palabras a nuestros invitados y agradecer, para
enseguida disfrutar de los alimentos, todo delicioso.
El
pastel, de tres sabores diferentes, estuvo tan rico que se acabó y no
alcanzamos a probarlo más que en el momento de la foto, preferimos pasárnosla
bailando y disfrutando la fiesta con nuestros invitados.
En
el momento del ramo pasó algo chistoso, porque yo ni cuenta me di, pero después
me contó una amiga que lo había cachado ella, pero como estaba recién casada,
la entonces novia y ahora esposa de mi hermano, le dijo que no se valía y que
le diera oportunidad a las demás, en ese momento solo supe que me pidieron que
lo lanzara por segunda vez.
Todo
pasó muy rápido, disfrutamos al máximo, y me encantaría que se repitiera, pues
fue tanta la preparación y sentí que en un ratito voló todo. Pero, ¡muy
hermoso!
Al
final, también cerramos con una canción que escogimos “I‘m Yours” y tuvimos
otro momento muy emotivo, todos nuestros invitados nos rodearon al final
compartiendo la alegría.
Otro
de los planes fue tener mariachis al terminar, así como un espectáculo de
pirotecnia.
Todo
fue perfecto, y creo que ha sido el día más largo de fiesta, contando desde que
me levanté a las 5 am, pues el arreglo llevaba tiempo, y la misa se llevó a
cabo a mediodía, para comer alrededor de las 2:30 pm, y finalizando la fiesta
formal, nos dirigimos para continuar con la torna en una quinta también en la
carretera, donde seguimos festejando hasta medianoche.
Un día mágico, inolvidable, incomparable, irrepetible, único y espectacular, me encantó haber podido realizar Nuestra Boda en Las Nubes, y cada vez que llego a pasar por ahí no puedo evitar que se dibuje una gran sonrisa en mi cara, pues siempre me ha encantado este maravilloso lugar, y ahora más con este hermoso recuerdo que tuvimos la Bendición de vivir.
Desde que conocí Las Nubes, supe que,
si algún día me casaba, ahí sería mi boda. Desde el primer evento al que asistí
me quedé encantada con los jardines y sobre todo la elegancia de los salones y
sus detalles.
Mi ahora esposo y yo teníamos 9
meses de novios cuando empezamos a hablar de dar el paso y entonces él me lo
propuso.
Somos personas ordenadas y
metódicas en el trabajo y nos encanta hacer planes (con fecha y tareas para
cada quien) así que comenzamos un cuaderno con los pasos a seguir para este
plan, el más importante de nuestras vidas.
Elaboramos un tour por diferentes
espacios. Uno de los requisitos principales era que debían quedar muy cerca la
Iglesia de la recepción ya que la familia de mi esposo vive en Guadalajara y
era un “must” tratar de facilitarles lo más posible su estancia, traslados,
etc.
Así fue que llegamos a Las Nubes,
fue el primer lugar en visitar y nos encantó todo, sobre todo la idea de que
nuestros invitados no necesitaran trasladarse de un lugar a otro.
Como fue el primer lugar que
visitamos no quisimos tomar la decisión en ese momento y continuamos con el
tour. A nuestro regreso platicando acerca de las diferentes opciones nos dimos
cuenta que definitivamente era la mejor opción.
Y entonces llegamos con Daniela
quien nos trató como si fuéramos conocidos desde el primer momento. La verdad
fue una etapa padrísima cada elección (decoración, acomodo del salón, menú,
horarios de cada ceremonia, etc.) y ella lo hizo súper fácil y relajado.
Ese día puedo decir que ha sido
el más feliz hasta ahora. Después del estrés, los nervios, la ansiedad, Daniela
siempre nos decía “chicos todo sale, no se preocupen” y sí, todo salió y ¡salió
a la perfección!
Recuerdo como si fuera ayer los
cometarios de todos los invitados felicitándonos por tan bonita boda, hermoso
el lugar, la decoración, a todos les encantó el menú, ¡todo!
Hoy, a casi 5 años después hay
muchas más opciones de salones, quintas, capillas por la zona, pero con toda
certeza puedo decir que ninguno iguala a Las Nubes y si tuviera que elegir de
nuevo, sería la misma decisión al igual que para futuros eventos estoy segura
que así será.
Gracias Daniela y gracias a todo
el equipo que hace posible que el anhelado sueño de nuestro gran día sea
realidad con ustedes.