¡Que vivan los novios! El pasado mes de octubre, Édgar y Yuli iniciaron un nuevo capítulo en su hermosa historia de amor al consagrar su unión como marido y mujer con una gran celebración en Las Nubes. Con la presencia de familiares, amigos cercanos e invitados sorpresa, la fiesta que se vivió a lo largo de dos días, es una celebración que se quedará para el recuerdo de quienes asistieron y lamentarán aquellos desafortunados que no pudieron asistir.
Inicia el día
La historia de amor de Édgar y Yuli empezó hace años y, ahora con cuatro hermosos hijos, llegó el momento de celebrar en familia esta unión por todo lo alto. El lugar elegido para crear los momentos que vivirán por siempre en sus memorias fue Las Nubes, hospedándose con los hijos y abuelos desde un día antes en Casa de la Novia.
La acción comenzó temprano el día de la boda, con las maquillistas arribando a las 7:30 de la mañana. La primera ola de sentimientos encontrados se hizo presente mientras las chicas hacían su trabajo. Ellas, con su gran experiencia, saben cómo tratar esta natural reacción y se encargaron de ayudar a Yuli a superar sus nervios, ¡el trato amable es la clave!
Mientras tanto, Édgar se pone el traje en la otra habitación con la ayuda de su hijo, creando un hermoso momento paternal.
Las fotos
Pasadas unas cuantas horas, Édgar y Yuli se encuentran por primera vez vestidos como novio y novia, el momento que habían estado esperando durante tanto tiempo… Y fue en esta alza de emociones que los novios se recordaron así mismos el compromiso personal que habían hecho cuando decidieron casarse: Vivamos este día al máximo. Dejemos que nuestras emociones fluyan a través de nosotros, que este es momento para sentir.
La sesión fotográfica fue uno de los momentos más divertidos previo a la ceremonia y posterior fiesta. Fotos en pareja, con familiares y amigos, con estos últimos sosteniendo el largo y despampanante velo de Yuli sobre el verde paisaje del Jardín.
Los novios aprovecharon el momento de convivencia para ensayar la coreografía del vals, generando así increíbles recuerdos que quedaron retratados en imagen para la posteridad.
La iglesia
La ceremonia religiosa fue sumamente emotiva. Los novios transmitían mucha ilusión y alegría mientras el celestial coro de Dimoff les hacía compañía rumbo al altar. Rostros llenos de felicidad rodeaban a Yuli y Édgar en la celebración de este sagrado sacramento, principalmente los de sus padres e hijos, siendo el mayor de ellos quien se ofreció a entregar a la novia, en una gran muestra de afecto y respeto por sus padres.
El caluroso recibimiento de los invitados, el angelical acompañamiento de la orquesta y la hermosa decoración del templo crearon el ambiente perfecto para que brotaran los más genuinos sentimientos. “Hay que vivir cada emoción al máximo”, se decían Édgar y Yuli a sí mismos, cumpliendo el trato que se habían hecho como novios y confidentes.
En el templo no había un lugar sin ocupar, al mismo tiempo que afuera se encontraban decenas de invitados que llegaron temprano a la fiesta para poder ver salir a Édgar y a Yuli de la iglesia, ahora como esposos. ¡Nadie quería perderse ni un solo momento de este conmovedor suceso!
Entre la multitud que aguardaba a la salida de los festejados se encontraba el mariachi, quienes en medio de los aplausos y la pirotecnia, hicieron sonar sus instrumentos en cuanto se abrió la puerta del templo para recibir a los recién casados.
La fiesta
Una vez acabada la ceremonia llegó el momento de caminar hacia la fiesta, atravesando un fantástico túnel de flores con espejos, un espectacular trabajo diseñado por Armando Elizondo, siendo este el lugar donde recibieron a los invitados. Édgar y Yuli estaban más que contentos con la decoración y organización del evento, el cual se estructuró de tal manera que todos los invitados experimentaran la misma sensación de festividad y alegría por los recién casados, quienes catalogaron la recepción como «una entrada triunfal».
Los invitados volvieron a suspirar llegada la hora del vals, algo sumamente importante para la pareja de recién casados, puesto que les causaba muchísima ilusión poder bailar con sus padres y compartir este momento con ellos. Lágrimas caían de los rostros de Édgar y Yuli al mismo tiempo que se movían de un lado a otro recorriendo la pista de forma armoniosa, en compañía de sus seres queridos, más de 400 de ellos. El vals salió a la perfección y la feliz pareja se mostró contenta con su presentación: “no le cambiaríamos nada”, aseguran.
Después de finalizar el vals y de una ronda de fotografías con los invitados, Yuli sorprendió a todos con un cambio de peinado y vestuario, algo que también le permitió estar más cómoda y disfrutar al máximo de su noche de bodas.
Y hablando de disfrutar… gran parte de los invitados se tomó un momento para agradecer y destacar la calidad del servicio y de la organización del evento. Los mismos novios comentaron que en todo momento hubo alguien cerca por parte del staff de Las Nubes para atender a los protagonistas de la noche.
La fiesta tuvo todo lo que uno puede esperar de una gran boda: buena bebida, mejor comida, gran convivencia, baile, el típico juego de lanzar el ramo y la liga que a todos divierte… pero lo que los invitados no esperaban era la presencia de los invitados especiales.
Cerca de la media noche, los novios se escabulleron al estacionamiento para recibir a la agrupación de música norteña Intocable. En su encuentro con los artistas, Édgar y Yuli aprovecharon para tomarse fotografías y hacer una petición musical: “Soñador eterno”, una canción con dedicatoria de él para ella.
Intocable entró en el escenario ante la expresión atónita de los invitados, tan emocionados como sorprendidos por la presencia de estos grandes artistas, quienes permitieron a los recién casados bailar solos su canción y al finalizarla invitar a todos a la pista.
La banda tocó a lo largo de casi dos horas frente a una audiencia que no hizo más que bailar y cantar con los grandes éxitos de tan reconocida agrupación. Hubo quien hasta se subió al escenario a entonar un fragmento de su canción favorita.
Intocable agradeció a los novios y sus invitados por hacerlos parte de este gran momento y se despidieron para darle entrada al siguiente artista invitado: Edén Muñoz (Ex Calibre 50). Para esto, Édgar y Yuli ya habían salido a recibirlo, y tal cual como se lo pidieron a Intocable, hicieron su respectiva solicitud de canción, ¡imposible desaprovechar la oportunidad!
Edén se subió al escenario pasadas las 2:30 de la madrugada y parecía que la fiesta nunca iba a terminar. El cantante y compositor ofreció también dos horas de buena música, y su entrega fue la misma como si se tratara de una presentación en el más grande de los escenarios.
Ya casi acabando el acto las luces enfocaron a Yuli, quien se dispuso a subir en la plataforma con un par de alas iluminadas, con las cuales desfiló de forma angelical al son de la música norteña. Un suceso que quedará grabado en la memoria de los que tuvieron la dicha de presenciarlo.
Se acaba la noche
Cerca ya de las 5 de la mañana, los últimos invitados se despiden de Édgar y Yuli solo para volverse a ver unas horas más tarde en la torna. Fue hasta las 6 de la mañana que la pareja de recién casados tuvo oportunidad de sentarse a cenar en forma y hablar de todo lo sucedido, pero había que ir a dormir, porque, como mencionamos antes, en apenas unas horas comenzarían a llegar los invitados para la continuación de esta increíble celebración.
En la Torna
Édgar y Yuli despertaron cerca del mediodía en la Casa de la Novia, para esto, el bufet de desayuno ya estaba listo. Los recién casados se dispusieron a comer mientras esperaban la llegada de otros 300 invitados.
Así como el día anterior, la gente asistió temprano al evento y la convivencia no tardó en empezar. La música llegó de la mano de La Casetera, para continuar con la presentación del Grupo Duelo, sorprendiendo a los invitados con su presencia. La noche terminó para algunos por ahí de las 10:30, y los que se quedaron pudieron disfrutar de unos famosos tacos de la región, así como de la compañía de una última agrupación musical, la cual tocó grandes éxitos de Celso Piña, así como reconocidas cumbias colombianas.
La música y el ambiente se terminó pasada la medianoche. Édgar y Yuli se quedaron con algunos familiares y amigos cercanos un rato más para darle cierre a tan maratónica aventura.
Cierre
De esta manera, Édgar y Yuli dieron inicio a su nueva vida, haciéndolo en compañía de sus seres queridos en una boda que lo tuvo todo. Este es uno de esos momentos que uno espera vivir solamente una vez en la vida, y conscientes de ello, Édgar y Yuli ofrecieron lo mejor de sí para garantizar el éxito en la celebración de su unión: su tiempo, energía, hospitalidad y cariño. Nos gusta pensar que nosotros también pusimos nuestro granito de arena para hacer todo esto posible. Agradecemos a Édgar y Yuli por habernos elegido para ser la sede de la boda de sus sueños. Desde Tierra Nubes les dedicamos todo el éxito del mundo en los tiempos venideros.
¡Que vivan los novios!
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